Cuando Elon Musk me escribió por LinkedIn…

Un martes cualquiera, de esos en que el café sabe a Slack y el diario no está naranjo en la mañana, me llega una notificación un poco especial. No era de algún grupo de pagos donde todos son cool 🎩, no. Era Elon. Elon Musk. El tipo que crea cohetes, compra redes sociales, arma autos eléctricos… y ahora quiere lanzar algo llamado X Money en Chile.
Me escribe por LinkedIn, porque su DM en X jamás lo vi (chuta, si ni ocupo esa cuenta). Y me dice:
“Hi Juan Andrés, I heard you’re the guy to talk to in Chile about issuing.”
Y me manda un video. Uno viejo, del 99. Aparece él, jovencito, con una mirada entre iluminada y poseída, frente a un cajero automático diciendo: “Esto es un ATM. Y lo vamos a usar para transformar la banca tradicional.”
Casi me atraganto con la tostada (estaba desayunando)
Me pregunta si se puede hacer algo parecido en Chile. Yo le digo que sí… pero que hay que tener aguante, y algo más.
Le cuento que aquí, además de la tecnología, tienes que escribirle una biblia de procedimientos técnicos al regulador y tener ( y lo tiene) una buena billetera para dejar parada una garantía. Pero hasta ahí, todo normal.
Le escribo que lo voy a ayudar, pero la primera es gratis…
Mis 5 consejos a Elon (porque Chile es Chile)
1. El tiempo es relativo, Elon
Le explico que ser emisor prepago en Chile se demora entre 8 meses y un año y medio. Y no porque no se pueda… sino porque hay que pasar por el regulador, por los bancos, por cámara, por los iluminados que certifican antes del regulador, por los que miran desde la sombra, y luego integrar todo. Todo (RBI o SD WAN).
Y ahí recién empieza la fiesta.
2. El banco sponsor, tu amigo fiel.
Le explico que si quiere hacer transferencias con su prepago, necesita un banco sponsor. Y que hay poco donde elegir: Security, BICE, Banco Internacional, Itaú…
Le aclaro que este servicio no está en vitrina (precio en la web), es más bien como pedir un ingrediente secreto en un restaurante japonés sin carta (y en japonés).
Además, le cuento que solo los bancos pueden conectarse a la CCA. Me mira raro y me dice: “¿Qué es el CCA?”
Y yo:
— No cachai nada, Elon 🥊.
3. El CCA y el acceso al multiverso
Le explico que el CCA (Centro de Compensación Automatizado S.A) es la columna vertebral de las transferencias en Chile. Un mundo aparte, con sus propios códigos, ventanas de compensación y custodios de las claves.
Le prometo que si pisa Chile, le presento a Américo, gerente general de el CCA y viejo conocido de mis tiempos de recaudación en Servipag y Ripley.
Le cuento que yo trabajo en Shinkansen, donde conectamos emisores con el CCA sin tanta vuelta, y que el próximo año esperamos lanzar nuestra propia cámara de pagos de bajo valor, especial para fintech. Una CPBV rápida, pero con dientes.
4. Necesitai abogados, no gurús
Le digo que va a necesitar abogados buenos. Y varios.
Porque los primeros seis meses van a ser puros contratos con bancos, cámaras, sponsors y entidades que no sabes si existen o si están en otra dimensión.
Le doy una lista: Pintores, Viales, Oyarses, Andrades, Chadías, Waideles…
También hay abogados en los bancos, buena gente que te pueden guiar, algunos con libro y otros sin libro.
5. El arte de no volverse loco
Le advierto: va a tener que pensar en el procesamiento, la conciliación, los payouts, el monitoreo antifraude, la Ley Karin, contratar devs que sepan desde React hasta configurar el HSM, sumarse a FinteChile y a ChilePay, armar un buen equipo de Growth Marketing que no prometa cohetes... y no te olvides del Servicios de Impuestos Internos (SII).
Y sobre todo: regular lo regulable, lo que no es regulable y lo que uno cree que no se regula… por si acaso.
Bonus track: Ley Fintech
Antes de cerrar el tema, le hablo de la Ley Fintech y del famoso SFA, que permite a empresas como la suya meterse con más estructura (y menos susto) al mundo financiero chileno.
Y le lanzo el siguiente spoiler: “El tema esta avanzando y deberíamos tener nuestro propio modelo de Open Finance el 2028-29”
Al terminar…
Elon Musk —el que aterriza cohetes con WiFi— leyó todo. Todo**.**
Lo sé.
Y me puso el siguiente mensaje:
“Thanks.”
Después le volví a escribir... para hacerle seguimiento (como hacemos los comerciales).
Y me dejó en visto 🙁.