Aprende regulación con este sencillo truco [100% real]

Aprende regulación con este sencillo truco [100% real]
15 de enero de 2018: La Comisión para el Mercado Financiero entra en funcionamiento, sucediendo a la Superintendencia de Valores y Seguros. Casi un año y medio después, absorbería a la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras.

No hay truco.

Pero sí hay técnicas que uno puede emplear para acelerar el aprendizaje de la regulación que aplique a la actividad de tu empresa (como a nosotros en Shinkansen, en el proceso de levantar la flamante Cámara de Compensación de Pagos de Bajo Valor chilena), cosa que creo que puede servir a personas de todas las profesiones, porque nunca viene mal por lo menos una intuición compartida en la empresa sobre lo que puede ser fácil o complejo.

A mí, personalmente, me vinieron bien tales técnicas en un estudio reciente que tuvimos que hacer sobre transmisores de dinero, instituciones de fondos de pago electrónico y sociedades financieras populares en México: todavía no podemos comentar muchos detalles, pero dejémoslo en que estamos trazando nuevas vías para el tren bala.

Un poco de contexto

Venía recién saliendo de dar el examen de grado de Derecho, y por esas cosas de la vida nos conocimos con Leo y Panco, quienes pensaban bueno para Shinkansen comenzar a internalizar algunas funciones legales. Vimos que había buen fit, en especial por saber de tecnología, y me hicieron la invitación de subir a bordo del tren que mueve el dinero a la velocidad de internet.

Solo había un minúsculo detalle: además de la obvia circunstancia de ser junior recién salido de la U, jamás me había dedicado a temas de regulación económica o de derecho comercial: todo lo que hacía estudiando o trabajando, lo hacía en derecho público más “puro”, como derecho administrativo y derecho electoral.

Manos a la obra

Tocaba entonces ponerse al día con las actividades de Shinkansen, que llevamos en cuatro países (🇨🇱🇲🇽🇨🇴🇵🇪), discernir las que son reguladas, las que no, y las que no siéndolo, tienen buenas prácticas sugeridas.

Por supuesto, esa es una actividad que francamente marea, porque si bien a los abogados se nos forma con harta tolerancia a las torres de papel y al consumo rápido de textos largos y tediosos, somos también seres humanos (dicen) y la atención tiene su límite.

La regulación puede ser muy profusa: bien lo demuestra @CrimeADay, que compartía todos los días faltas y delitos codificados en EE. UU.

Así, en el proceso de aprendizaje, incluso desde la humildad del juniority, creo haber dado con alguna semblanza de estructura que bien sería útil de documentar (en Shinkansen, creemos mucho en la documentación interna de procesos) y de divulgar.

0. Levanta el conocimiento que ya existe al interior de la empresa

Toca primero tener claridad sobre las actividades de la empresa, para siquiera saber los supuestos de hecho a los que aplicar las normas que luego uno descubrirá. Es, además, típico consejo para nuevos in-house: saberse al revés y al derecho el producto, y hacer buenas migas con las personas en las demás funciones de la empresa, porque finalmente a ellos habrá que acompañar y dar consejo.

Un buen comienzo es leer un popurrí de los documentos que haya en el servidor de archivos y base de conocimientos interna.

También, rara vez las cosas comienzan desde cero, y es posible que ya exista en la empresa alguien que haya estado haciendo de abogado de secano previo a la organización de un área legal: nunca está de más traspasar el conocimiento que él haya adquirido, aun si después toca depurarlo.

1. Identifica el sistema de fuentes y las principales recopilaciones de normas

Cualquiera de estos órganos podría ser tu regulador. De hecho, no sería raro que sobre un mismo tema, fuera más de uno a la vez. [en resolución completa, para quienes gustan de los fractales]

Aunque es el típico tema de relleno de toda primera clase en los ramos de derecho, sigue siendo necesario ir a identificar las fuentes formales de la regulación del sector.

Entonces: leyendo de arriba hacia abajo según la jerarquía normativa, uno va a consultar:

  • Si la Constitución algo dice (como es el caso de varios temas en Chile, donde la Constitución es extensa).
  • Bajas a la ley (pueden ser una o varias, e incluso tener alguna categoría especial, como las orgánicas constitucionales, en el caso chileno, o las reglamentarias de la Constitución, como las mexicanas).
  • Continúas con los reglamentos, sean propiamente tales (por venir del Gobierno directamente) o más bien normas de carácter general y obligatorio dictadas por algún órgano de la Administración con potestades regulatorias (este eslabón puede variar según país y sector, en Chile solo llamaríamos reglamento a lo primero).
    • Suele ser el caso de que las bases de datos normativas tengan ya referencias a los reglamentos que desarrollan alguna ley, por lo que de ahí uno puede seguir la lectura. P. ej. Ley Chile con su botón “reglamento” en el header.

En ese último nivel, los reguladores a veces hacen el trabajo de recopilar, circularizar o codificar las normas del sector: si ese es el caso, esa es una principal recopilación que debería leerse completa o por lo menos yendo a los temas que según el índice crea útiles, más una búsqueda ctrl-f. Ejemplos de recopilaciones son:

Por ahora, lleguemos nomás a este nivel de profundidad en los niveles del sistema de fuentes. Nuestra meta en esta fase es tener alguna idea del panorama regulatorio, si las normas están dispersas en muchos instrumentos o si comenzamos a buscar otras fuentes como la jurisprudencia, el scope creep nos va a comer.

💡
🇨🇱 Los portales de transparencia de las instituciones públicas pueden tener un buen listado de las normas que administran en sus secciones “Marco normativo” y “Actos y resoluciones con efectos sobre terceros”.

2. Cataloga las normas

Es bueno que conforme uno vaya leyendo las recopilaciones o las normas que estén dispersas, uno las vaya catalogando en herramientas que permitan levantar fichas, como Notion. En sus fichas, vale mucho tomar nota de la tabla de contenidos de la norma y de aquellas obligaciones que cree a la empresa: p. ej. reportes periódicos al regulador o por ocurrir X evento.

Aquí también es la oportunidad de aplicarles una lectura “recursiva”, como un motor de búsqueda: si una norma hace referencia a otra, uno iría a agregar la otra a la lista de cosas por leer o catalogar y así sucesivamente.

3. Cotiza manuales de cabecera

Puede ser el caso que el sector regulado que estés investigando sea estable o viejo, lo que significa que habrá una alta chance de que algún profesor o abogado haya escrito un manual que sistematice el conocimiento del área. Ahí uno mismo puede revisar si en sus cursos de pregrado había para el tema un manual sugerido.

Ojo que la calidad de los manuales varía: a veces son pastiches de textos de las normas que no agregan análisis o concordancias inéditas, son caros y quedan rápidamente obsoletos (especialmente si el sector regulado está en rápida evolución). Los libros de monografías pueden servir para profundizar ciertos temas que los manuales no desarrollen.

4. Vigila las novedades regulatorias

Si bien las normas aspiran a ser estables o permanentes, no son eternas, y eso exige que uno se mantenga al día de los cambios que las afecten. Además, es mejor enterarse uno mismo de las novedades que ser pillado en conversación con otros profesionales o perder valiosos días de vacatio legis de la nueva regulación.

Por ello, es bueno aprovechar:

  • Boletines que preparen el Congreso Nacional y los centros de estudios.
  • Feeds o newsletters del Congreso Nacional y de los distintos reguladores, que se usan para difundir los cambios normativos apenas se propongan o promulguen, las sanciones que aplica, etc. [1] [2]
  • Los bots agregadores de información que existan en redes sociales, siguiéndolos con notificaciones activadas. P. ej. yo levanté las cuentas @ProyectosLey, @ediarioTDLC y @ediarioTricel.
  • Boletines y artículos de los estudios de abogados que, para promocionar sus servicios, a veces liberan esos contenidos. [3] [4] [5]

Es útil leer la prensa económica y especializada, porque comparte novedades y análisis con relativa rapidez, aparte del deber general ciudadano y profesional de saber de actualidad. Por ejemplo: El Mercurio Legal, Diario Financiero y Pulso.

Los cambios pueden venir en cualquier momento, e incluso los cambios a los proyectos sobre un cambio. Anecdóticamente, en mi segunda semana en Shinkansen la CMF dispuso que todos sus canales de comunicación con los regulados serían migrados a un portal único “CMF Supervisa”, de uso obligatorio. Incluso ahora mismo durante la escritura de este artículo, fue despachada del Congreso Nacional una profunda (y demorada) reforma a la ley de protección de los datos personales, cuyo texto aun así no podría entender como firme porque está en control del Tribunal Constitucional, que no es reacio a pegar tijeretazos a los proyectos de ley.

5. Comparte con abogados más senior

Aparte de ser una sana estrategia de networking, solo un abogado con más trayectoria podrá tener un mejor mapa mental de la regulación de un sector, y mucho mejor, de los distintos énfasis que pone el regulador o sus interpretaciones sobre las normas. Hay sabiduría que solo se agarra con la práctica y trae prudencia a las consideraciones de lo que uno haga y aconseje.

En este punto, bien se pueden ocupar las redes de contacto que se haya formado uno o la empresa, recurrir a sus profesores y a los estudios de abogados que la empresa haya contratado. También puedes tener el mapeo de los abogados más relevantes del sector por medio de los rankings (fiables) y de las redes sociales (estas últimas además sirven para conocer los nombres emergentes del sector).

6. ChatGPT como buscador aumentado

Yo soy un poco escéptico de lo que es comercializado como IA, pero mentiría si dijera que los LLM como ChatGPT o Claude no me han servido para por lo menos descubrir rápidamente qué flancos desconozco, especialmente cuando a uno toca investigar derecho de otros países.

Igual, creo que en temas de derecho hay que ser extra precavido con las alucinaciones (inventos que hace como si fuera estudiante perdido en una prueba oral), como las que me han ocurrido en los pantallazos de más abajo. La situación parece agravarse en la medida en que se trate de países pequeños en los que seguramente el corpus del LLM tiene menos información.

Estas causas no existen. El primer rol es de un recurso de amparo, el segundo un recurso de protección contra Isapre.
Citó mal los artículos y me inventó doctrina.

7. Mira a la competencia

Otros antecedentes adicionales pueden darse revisando los archivos que la competencia publique en sus sitios web o en fuentes de público acceso (como los registros del regulador), que tienen alta chance de indicar derechamente algún instrumento de regulación o por lo menos incorporar menciones que sean exigidas por esta o recomendadas en razón de algún riesgo regulatorio. En ese sentido, cosas que leer podrían ser folletos, contratos de términos y condiciones, estados financieros y memorias anuales, etc.

8. Sigue las RRPP y eventos del regulador

Relacionado con suscribirse a boletines y leer la prensa, uno puede anticipar ciertas prioridades del regulador para un determinado período no solo a través de la lectura de sus planificaciones estratégicas institucionales, sino que observando directamente su actuación material: las notas de su departamento de relaciones públicas o prensa institucional, las cuñas que su jefe de servicio instala, o los programas y exposiciones de seminarios que organicen, todo eso permite a uno hacerse la idea de dónde está la atención de la autoridad.

Así, uno puede por lo menos intuir que la Comisión para el Mercado Financiero le está tomando interés a las aplicaciones de prestamistas ilegales y usureros, que el Servicio de Impuestos Internos entró fuerte a entender y fiscalizar la “economía digital” con criptoactivos, influencers y marketplaces, o que al Servicio Electoral le preocupa, por lo que ha sido la experiencia comparada, el registro de la propaganda electoral pagada en redes sociales y la difusión de fake news.

Después de todo esto

Siguiendo las orientaciones de los puntos anteriores, si bien uno no sería la máquina de la regulación del sector, tendría ya una base medianamente suficiente para continuar aprendiendo en profundidad y comenzar siendo útil a la empresa o cliente que uno tiene encargado.

Personalmente, me parece que la mejor actitud para aproximarse a la regulación es desde la honestidad intelectual y el dicho ruso-reaganista “Trust, but verify”: uno solo sabe que nada sabe, y no hay sustituto del tiempo ejerciendo una actividad, por lo que siempre es aconsejable, por lo menos en una fase junior, confirmar lo que uno transmite, aconseja o reproduce a otros a partir de una regulación que uno piensa haber aprendido.

Pero lo anterior en caso alguno debe ser motivo de empequeñecimiento gratuito: hay sectores de regulación tan nuevos en algunos países que genuinamente casi nadie puede llamarse a sí “experto”, y quienes lo sean, solo tienen una ventaja nada irremontable respecto del neófito, más si hasta la propia autoridad regulatoria también está ensayando. Aquí me viene a la mente el campo fintec en Chile, nuevo en la escala de las cosas y cuya regulación en buena parte sigue en borradores.

Para esos casos, entrar ahora es una buena forma de diferenciarse como profesional, que es lo que siempre es recomendado (especialmente para los abogados, que somos muchos). Si estás en un proceso parecido de interiorizarte en un sector nuevo, conversemos.

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Patricio Sainz es Legal and Policy Officer en Shinkansen. Programa como pasatiempo, es radioaficionado y asesoró en la Comisión Experta del Proceso Constitucional chileno. Egresó de Derecho en la Universidad de Chile y está en el proceso de obtener su título.